A Nelson Enrique Pirela Fuenmayor, de 66 años, lo hallaron sin vida, desnudo, atado y estrangulado en la habitación 1 de la pensión Canaima, donde trabajaba como recepcionista desde hace nueve años.
Los investigadores de la División de Homicidios del CICPC rápidamente determinaron las causas por las cuales le quitaron la vida. Trascendió que Pirela dejó entrar a un joven y este luego se convertiría en su asesino.
Los detectives descubrieron que el hombre de 66 años acostumbraba a meter personas de sexo masculino -algunos de estos “carajitos”- a la habitación que escogía para dormir, entre la medianoche y la 1.00 de la madrugada. Luego los dejaba ir entre 4.00 y 5.00 de la mañana.
Ayer le permitió el acceso a un desconocido, pero a juicio de algunos residentes y vecinos, quienes a esa hora estaban despiertos, al sujeto ya lo habían visto dos veces entrar a una de las quince habitaciones que tiene la pensión, junto a Pirela.
Presumen que esta madrugada el acompañante del sexagenario lo ató y lo estranguló con una sábana para robarlo. Luego salió, cerró la pieza con la llave y la lanzó a la maltrecha recepción. Pirela acostumbraba a levantarse a eso de las 6.30 de la mañana, hacía café y les daba a los vecinos. A estos les pareció extraño que esta mañana no saliera y cuando se asomaron por una rendija de una vieja ventana de madera, observaron el cadáver. Seguidamente notificaron a la GNB que patrullaba por el sector y varios funcionarios llegaron al sitio. Luego llegaron los bomberos en vista de que se creía que había que derribar la puerta, pero se percataron de que se trataba de un homicidio y que las llaves de la habitación estaban afuera.
El caso era para los sabuesos del CICPC y estos al revisar la escena del crimen se percataron de que a la víctima se le habían llevado su cartera. Creen que el asesino, al parecer, le exigía dinero u otras cosas de valor a Pirela, y este al no cumplir esas exigencias, fue asesinado por su “amigo”.
Al sitio acudieron parientes del recepcionista. Comentaron que era el cuarto de diez hermanos, soltero, sin hijos y que residía, cuando no estaba en la pensión, en el barrio Sur América.
Los del CICPC creen dar pronto con el asesino, pues ya manejan algunos nombres y apodos.
Familiares de Pirela frente a la pensión
Fotos: Kitsson Barrios
Noticia al Día