Mucho se ha hablado de lo que se debe y no se debe hacer al momento de elaborar el exquisito guiso de la venezolanísima hallaca en navidad, pero algunos son mitos y otras son realidades que usted debe conocer y que aquí los vamos a van a explicar.
Uno de los mitos que han existido desde nuestras abuelas es que el guiso no debe ser elaborado por una mujer que tenga su período, ya que esta condición amarga la cocción y la pudre (pone piche). La realidad es que puede llegar a descomponerse sólo si le cae saliva al guiso mientras se cocina.
Es por ello que los conocedores de la cocina recomiendan utilizar tapabocas si los cocineros tienden a salivar mucho y recogerse el cabello por higiene, por muy corto que lo tenga.
Otro mito que decían las abuelas es el humor de la persona (energía negativa o pesada) al momento de echarle algún ingrediente al guiso. La verdad es que el guiso tiende a fermentarse si varias personas se involucran en la sazón y prueban el guiso con la cuchara directa a la boca.
Un mito de la cocina venezolana es no elaborar el guiso en tiempo de lluvia, pues el tiempo no tiene nada que ver con la temperatura del preparado. Una realidad de la fermentación del guiso es refrigerarlo sin que esté completamente a temperatura ambiente, pues en ocasiones se puede llegar a confundir la temperatura superficial con la temperatura de fondo.
Nuestras abuelas siempre dijeron que los niños en la cocina jugando alrededor del guiso lo pasmaban. La realidad es que los pequeños sí pueden estar cerca, pero lo hacían para que no ensuciaran las hojas de envoltorios y le metieran el dedo a la masa, pues ésta quedaba muy sabrosa.
Y así fueron naciendo los mitos en la cocina venezolana.
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