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Foto: David Moreno
El apagón nacional se convirtió en una problemática y el trabajo de muchos años, se destruyó en tan solo minutos
La crisis del sistema eléctrico nacional, acarreó con ella la total desinformación de los ciudadanos, quienes acudían a los vecinos para ver quien les aportaba noticias sobre la situación del país y anuncios de las autoridades.
El pasado jueves, 7 de marzo en horas de la tarde, específicamente a las 4:50 el sistema eléctrico colapsó a nivel nacional y con él las redes de comunicaciones. Con la señal intermitente, algunos zulianos lograron informarse que el problema no solo fue en su estado (como ya estaban acostumbrados por las fallas presentadas en el 2018), ni que se trataban de la básica “administración de carga”, sino que era un problema complejo que, según el Ministro de Energía, Luis Motta Domínguez, se solucionaría en 72 horas.
La brisa ayudó a muchos a no pasar mala noche ese jueves, esperando el amanecer para saber más sobre el por qué de la penumbra y disponerse a trabajar.
En la mañana del viernes y listos para comenzar la rutina diaria, la ausencia del transporte público encendió muchas alarmas, “¡Algo grande pasa!”, “¿Esto puede ser el Caracazo?” “¿Será un Golpe de Estado?”, se murmuraban entre todos, pero no había manera de saberlo, ya que los teléfonos amanecieron sin señal y otros sin batería.
Sin embargo, el día no fue tan duro, porque el clima nos ayudó a no perder la cordura, y quienes tenían carne aún la conservaban con el poco hielo que había en la nevera. Los supermercados y farmacias, los cuales constaban de plantas eléctricas, permanecían abiertos a media máquina por la lentitud de los puntos de venta, pero aún se podían comprar alimentos.
En la noche, la angustia de quienes tienen niños y abuelos se hizo presente; temían que los insectos picaran a sus hijos y que el calor los irritaría. Sin embargo, otra noche transcurrió tranquilamente, para algunos.
El sábado todos corrieron a sus neveras, la carne estaba ya perdiendo el frío, ¿qué hacer con eso?, para muchos surgieron almuerzos familiares, para otros parrilladas comunales; las carnicerías empezaron a “rematar” y a regalar embutidos a las comunidades cercanas, y así no tener pérdida total.
Muchos acalorados, otros con incertidumbre de lo que estaría sucediendo, salieron al paso, y se las ingeniaron para improvisar un lugar a la hora de cocinar.
La azotea del edificio, el patio de la casa, el rincón de una ventana fueron los protagonistas de cocinas improvisadas en los 5 días de supervivencia en la capital zuliana, que aún se mantienen, porque existen sectores que aunque el servicio eléctrico se restableció, minutos después desapareció. Mientras que otros sobrevivían a punta de agua caliente, arepa y pan.
La hora del baño se convirtió en un desafío, reciclar el agua: fue una prioridad de quienes se aseaban con garrafitas, pipotes e inteligentemente utilizaron poncheras que el agua que cayera fuera reutilizada por segunda y hasta tercera vez para mantener limpios los baños.
El tick-tack del reloj para unos era desesperante, aunque para otros eran alentadores, porque marcaban las horas de intriga y zozobra de cuando se restablecería el servicio eléctrico. Las abuelitas y amas de casa de una manera muy creativa, reciclaron las velas para poder alumbrar algún rincón de sus hogares.
A pesar del caos y la situación país, algunos marabinos no perdieron el chance de sentarse en una mesa, y armar “caimanas” de dominós, ludo, cartas entre otros juegos de azar, para amenizar la espera y calmar el hambre.
La sed, se convirtió en una problemática mas en tantas horas sin electricidad, y a más de uno se vio carretear de casa en casa con botellones, pipas y baldes de agua para zacear la necesidad de tomar así sea una gota de agua fría o chuparse un hielito si corrías con la suerte de que un vecino te diera arrimo en la planta eléctrica.
Después de tantos días, Maracaibo se convirtió en desconcierto total, generando saqueos, protestas y hechos violentos, que ocasionaron el desespero en todos los habitantes.
Las horas siguen transcurriendo, los días siguen pasando, la comida se acaba y las comunicaciones siguen intermitentes. Hoy nos preguntamos ¿A dónde va a terminar todo esto?
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Foto: David Moreno
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Foto: David Moreno
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Noticia al Día
La entrada A los maracuchos se les prendió el bombillo de la creatividad: Así inventaron para sobrevivir a la pesadilla se publicó primero en noticiaaldia.com | Noticias de Maracaibo Sucesos del Zulia.