Nadie dentro de la terminal lo vio. Dos aviones abordó hoy Manuel Rosales: uno que lo trajo de regreso a Zulia después de seis años y otro que le quitó su libertad momentánea y lo llevó detenido a Caracas. Un enjambre de funcionarios se encargó de que no se encontrara con su gente, de que ni siquiera pisara el jetway para ingresar a las instalaciones del Aeropuerto Internacional ‘La Chinita’.
Manuel salió de Aruba a las 3.58 de esta tarde en el vuelo LER 1981 de la aerolínea Laser en un avión de la serie McDonnell Douglas MD-80. Durante el trayecto, desde su cuenta en Twitter publicó imágenes, transmisiones en directo y varios comentarios, entre esos uno quedó fijado: “Después de 6 años, hoy vuelvo a pisar la tierra que me vio nacer. ¡Qué viva el Zulia. Que viva Venezuela!”.
Horas antes, al menos desde las 8.00 de la mañana, funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) empezaron a cercar el lugar. Dos uniformados se observaron en la entrada a ‘La Chinita’, otros dos al frente del área nacional, cuya vía conduce al aeroclub, donde también se pensaba que podía aterrizar en avión privado, y otros más en el área internacional. En este último lugar permanecían estacionados vehículos de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DIM).
Con el transcurrir de las horas, la presencia de funcionarios en el aeropuerto pasó de ser poco abrumadora a estar, prácticamente, militarizado.
Adentro se observaron efectivos de civil armados, pertenecientes al Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), Polimaracaibo, Cuerpo de Policía Bolivariana del estado Zulia (Cpbez) y la habitual Policía Aeroportuaria.
Afuera, decenas y decenas de militares colmaron el área, y cerca de las 2.00 de la tarde cerraron los accesos al colocar una barricada en la vía, a pocos metros de la única estación de gasolina que existe en el sitio.
A las 4.28, el MD aterrizó en la puerta 21 de la terminal internacional, pero las autoridades lo dirigieron hasta la nacional. Ahí, todos los pasajeros descendieron sin problemas; Manuel y sus acompañantes fueron los últimos.
Decenas de periodistas nacionales e internacionales, dirigentes de Un Nuevo Tiempo (UNT), su esposa y alcaldesa de Maracaibo, Eveling Trejo, y varios de sus hijos se quedaron esperando. Nunca apareció.
Una comisión del Sebin detuvo a Manuel en la aeronave a las 4.55, sin esposas lo bajó por una escalera móvil y lo montó en su jaula aérea: un AC-90 “Turbo Commander”, matrícula YV 0112, con capacidad para ocho pasajeros, perteneciente al Instituto Nacional de Aeronáutica Civil, rumbo a la capital venezolana.
A las 8.14 de esta noche se conoció que Manuel ya estaba en la sede del Sebin en el Helicoide. Preso.
Después de seis años exiliado de Maracaibo, Manuel no duró ni 60 minutos en Zulia. No lo dejaron asistir a la Basílica como tenía planeado, ni a la concentración en la calle 72. No lo dejaron ver. Fue invisibilizado.
David Contreras
Noticia al Día