La puerta principal de la casa de Alfredo José Jiménez, de 30 años, en el barrio San Simón, de la parroquia Libertad, municipio Lagunillas, estaba abierta cuando Iris Salas, su esposa, llegó y lo consiguió en el suelo sin signos vitales, con un mecate en el cuello. A la víctima la vinculan con la masacre, a machetazos, de los hermanos Kleiber Leonardo (11) y Heyberth José Arévalo Marín (14), el pasado domingo, en las invasiones de la urbanización Nueva Venezuela.
Los efectivos de la comandancia de la Policía municipal de Lagunillas recibieron la notificación por vía telefónica y se acercaron hasta la casa, a las 8.30 de la noche, del pasado viernes y constataron el homicidio. Calmaron a la mujer y esperaron por una comisión del CICPC para iniciar las investigaciones.
A la vivienda llegaron detectives de la Subdelegación Ciudad Ojeda para realizar el levantamiento del cadáver. La mujer les explicó a los investigadores cómo consiguió la escena al llegar y comenzaron a buscar evidencias en la habitación. Al cabo de unos minutos taparon el cuerpo con una sábana y lo montaron en la furgoneta para trasladarlo a la morgue.
Un funcionario contó que manejan como móvil la venganza y que, al parecer, Alfredo José, participó junto a Edward Josué Ramírez Nava (19), Humberto José Puche Núñez (32), apodado el “Flaco”, Francisco Javier Morales Fernández (40), Mariela González Suárez (31), una adolescente, de 14 años y José Abel Ramírez Piña (26) alias “Carlitos”, en la matanza de los hermanos Arévalo Marín por robar unos ovejos de una parcela del municipio.
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