A Miglenis Coromoto Sulbarán Carrillo (30), la siguieron desde que salió de la casa de su madre en el sector Los Cortijos. Cerca de las 7:30 de la noche de ayer, cuando freno su auto Ford Zephyr, color vino, en un reductor de velocidad en kilómetro 12 de la vía a Perijá, cerca de la entrada de Santa Fe I, dos pistoleros a bordo de una moto la liquidaron de ocho balazos.
La víctima iba sola en su vehículo y se dirigía hacia su residencia ubicada en una especie de galpón donde en una oportunidad funcionó la sede de la Federación Campesina, comentó una de sus hermanas esta mañana frente a la morgue. Miglenis, a quienes sus familiares y allegados le decían “La negra”, tenía dos hijas de 14 y 11 años y cuando no estaban con ella se las dejaba a su madre. El padre de las menores, con quien vivió Sulbarán Carrillo, murió hace unos cinco años en un enfrentamiento que sostuvo con Polisur. La pariente de Miglenis dijo no acordarse del nombre de quien fue su cuñado y mucho menos en que delitos estaba incurso.
Pero ahondando más en la vida de esta mujer asesinada, muy cobardemente, se supo que el pasado mes de mayo rompió con su última pareja. Nuevamente la hermana de la difunta señaló desconocer su nombre por cuanto ella no le preguntaba nada a Miglenis sobre su intimidad. Lo que sí aseguró es que la pareja vivió en los referidos galpones y que habían terminado tras una pelea.
Al preguntarles a los deudos de esta víctima de sicarios, explicaron que Miglenis Coromoto se ganaba la vida como comerciante, vendiendo cuanto producto fuera rentable, sin dar más detalles.
Una fuente policial le informó a NAD que la baleada había recibido amenazas de muerte de un hombre pero no aclaró si se trataba de su expareja. Presuntamente la estaban cazando para matarla por una venganza.
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