Entre manglares, palafitos y décimas un pueblo zuliano perdura en el tiempo: Santa Rosa de Agua. Ahí, más allá de la violencia conocida y que no supone una novedad, la historia y la cultura se amalgaman y moldean una comunidad única en la región. Con cinco trabajos periodísticos, Noticia al Día muestra la versión opacada de este sector de agua, la otra cara de la moneda que siempre guarda un aliento de esperanza
Desde lo más recóndito de las 130 hectáreas de bosque que conforman el parque ecoturístico Tierra de Sueños, ubicado en la comunidad Capitán Chico del sector Santa Rosa de Agua, brilla una inocente luz: su nombre es Milson. Es un hermoso angelito a quien no hace falta preguntarle edad ni apellido, pues su esencia puede cautivar cualquier corazón.
Tiene unos 3 o 4 años, su mirada transmite magia y sus palabras cortas y enredadas narran historias llenas de ingenuidad. Se la pasa descalzo y desaliñado. Se arma de valor y grita con fuerza frases que llaman a la aventura. No importa la hora; el tiempo siempre se detiene al acceder a su invitación.
“Aquí vive una bruja y se come a los niños. Sí, se los come con leche y miel”, revela mientras deja ver su ilusa sonrisa. Para él, la diversidad de manglares que existen en el parque y que dan vida al baluarte recreacional de Santa Rosa de Agua, es la casa de una malvada hechicera. ¡Qué valentía! Sabe que en cualquier momento puede ser devorado por la hambrienta mujer. Sin embargo, no demuestra miedo.
En el puente peatonal de madera reciclada puede observarse el paseo de miles de cangrejos. Por ello, Milson advierte: “Cuidaíto, son peligrosos, pero son mis amigos”. Para la construcción de esta obra se utilizaron 400 estibas. Cuenta con 775 metros de longitud y es el más largo de Latinoamérica en su tipo. El significativo trabajo le pertenece al Foro Energético Humanista.
Milson va todas las mañanas a la escuela ecológica que queda cerca de su vivienda, y por las tardes funge como guía turístico. También se imagina lo nutritivo que puede resultar comer niños con leche y miel. “Creo que sería buenísimo, muy rico”. ¡Cuánta candidez en sus historias!
El carisma y las ocurrencias del pequeño hacen olvidar la percepción de una fatídica escena: montones de basura, envases plásticos y residuos de alimentos “adornan” el paso en Tierra de Sueños. A pesar de los esfuerzos de la comunidad por mantener limpia la zona, los malos olores se esparcen cual incienso en Semana Santa.
Las historias no paran, Milson es un corazón abierto. “Me gustaría vivir aquí para siempre. Todos los días vengo, pero mi mamá no sabe nada”, confiesa al llegar al Paseo de las Cotizas. Este punto del recorrido guarda mucha jocosidad: deberás dejar tus calzados guindados allí si se te dañan visitando el parque. Es parte de la experiencia.
Los habitantes de Santa Rosa de Agua se sienten orgullosos por tener el primer parque ecoturístico creado en Zulia. Además, es el único verdadero pulmón verde en Maracaibo. Milson, al igual que muchos niños, es inquieto. Habla, ríe, juega, salta, corre y nunca se cansa. Sus pies parecen recién salidos de una mina de carbón: no cabe en ellos otro centímetro de mugre.
Milson, el guardián de Tierra de Sueños, no para de hablar. La energía brota de sus poros. Conoce con exactitud cada rincón del parque y tiene la facilidad de inventar cuentos a partir de lo que ve. “En las noches los niños lloran acá, eso es culpa de la bruja. Yo no me dejaré comer”, exclama con fuerza.
Durante el recorrido se puede apreciar El Emplanao, un lugar donde el sol te grita a la cara y en el que a veces se aprecia el vuelo de las aves. Sin embargo, cuando estas no aparecen, Milson simula su vuelo. Extiende sus pequeños brazos y empieza a correr por el terreno.
“La bruja que se come a los niños es mi abuela”, es la confesión más comprometedora y la hace entre un caudal de risas. En él no hay maldad ni vanas intensiones. Dice lo que siente y su manera de ver el mundo es envidiable.
Hubo un momento cuando las historias de Milson dejaron de ser contadas, pues las palabras fueron interrumpidas por el grito de una madre que llevaba horas buscando a su hijo. Ahí, lo encuentra, lo toma de la mano y se lo lleva. No hay tiempo para agradecimientos ni despedidas. Incluso, los que desean darle una merecida colaboración económica, se reprimen al ver los gestos ofuscados de la progenitora.
En la zona existen muchos niños que como Milson están dispuestos a guiar a los visitantes al corazón de Tierra de Sueños. El parque despierta el interés de quienes pisan su suelo. Es un lugar monumental, descuidado, pero lleno de encanto. ¡Es el orgullo ecológico de Santa Rosa de Agua!
Diego Arrieta/Pasante
Fotos: Kitsson Barrios
Noticia al Día