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Un “ojo de la cara” cuesta comer en la calle en Maracaibo. Foto: José López
Tal vez por razones de tiempo o porque simplemente se le imposibilita preparar comida en casa, al marabino le cuesta un “ojo de la cara” cumplir con las necesidades de complacer el apetito.
Desde muy tempranas horas del día, la ciudad de Maracaibo se llena de puestos de comidas, ofreciendo a las personas deliciosos desayunos y suculentos almuerzos.
“Dame un pastelito y un refresco”, se oyen todas las mañanas en el puesto de comida El Popular Chucho, ubicado en la avenida 5 de Julio, quien vende desde hace más de 28 años desayunos como arepas, empanadas y pastelitos.
“Trabajo aquí todas la mañanas. Estoy desde las 6.30 de la mañana hasta las 12 del mediodía y en ese transcurso llegan alrededor de 60 personas a comprar, la mayoría son trabajadores de los comercios adyacentes que gastan entre 800 y 1.300 bolívares por dos arepas y refrescos”, dijo Joel Uzcátegui, encargado del mencionado puesto de comida.
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Panes y arepas ofrece El Popular Chucho
Trabajadores de los diferentes comercios que hacen vida en la avenida 5 de Julio buscan estos sitios en horas de la mañana y mediodía para comprar sus respectivos desayunos y almuerzo.
También en la avenida 5 de Julio, a la altura de Abastos Bicentenario, se encuentra el Cafetín El Buruso, que ofrece una gran variedad de comidas para el desayuno como arepas, panes, tequeyoyos, pastelitos.
Yaritza Ibarra, cajera del establecimiento, comentó la importancia que ha tenido el local, pues son más de 700 personas que llegan a comprar comida. “Los trabajadores de los locales de alrededor vienen y compran, igual las personas que hacen la cola en el Bicentenario que pasan todo el día allí e incluso los bachaqueros comen aquí (…) pero ya no vendemos almuerzo debido al alto costo de los ingredientes”, dijo.
En otro punto de la cuidad se encuentra Marcos Hernández, propietario del local Virgen de Guadalupe, que vende pastelitos, panes y jugos naturales, donde destaca que su clientela es variada, pues personas particulares y jubilados son las que suelen llegar a su local a desayunar por un coso de 500 y 800 bolívares, entre dos piezas y refresco o un jugo natural.
El restaurante la Doña, ubicado en Primero de Mayo, lleva más de 38 años ofreciendo una gran variedad de comida a todas las personas que allí desean degustar del plato criollo. Los almuerzos van desde una sopa de pescado hasta un lomito con papa, arroz y plátano, por el precio de 1.000 bolívares, y son los más pedidos por transeúntes y empleados de los locales que se ubican por la zona.
El placer de comer sale caro
María Patricia González, empleada del banco Bicentenario, se dirige al cafetín El Buruso hasta cuatro veces a la semana para almorzar, pues la falta de tiempo le impide prepararlo. González gasta entre 1.500 y 2 mil bolívares, cada vez que se dirige al establecimiento de comida, lo que significa un gasto entre 6 mil y 8 mil bolívares semanales.
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De 750 hasta 1.500 bolívares cuesta un desayuno en la calle. Foto: José López
De igual forma, Eduardo Amato, mototaxista, expresa que un desayuno de una empanada con refresco le costó 750 bolívares, y quedó insatisfecho. “Como en la calle dos veces a la semana porque vivo solo y algunas veces gasto hasta 750 y 1.200 bolívares por comer en la calle y eso da duro en los bolsillos, pues solo tengo una fuente de ingresos que es mi moto”, expresó.
Sin duda alguna, comer en la calle por más que pueda sacar de apuros a las personas, suele ser un lujo, golpea fuertemente el bolsillo, en especial para quienes solo cobran un salario mínimo.
Luis Rodríguez/Pasante
Noticia al Día