
Foto: Noticia al Día
Revendedores, en su mayoría vieron una oportunidad de obtener ingresos de la forma más fácil, comprar económico y vender caro en un país lleno de conflictos económicos que se observan en los anaqueles de los supermercados. Unos atribuyen el problema a una “guerra económica” impuesta por un movimiento de derecha con ayuda de factores externos; otros lo califican como un “mal manejo de las políticas económicas” empleadas por los de izquierda; pero más allá del debate de quién tiene la razón, el país está sumergido en una verdad que se denota a simple vista: en cada esquina, supermercado, abasto, panadería, carnicería y farmacia, las colas interminables de compradores se acentúan sin ningún pudor.
Pero aunque hay colas incansables, interminables, abultadas e impactantes a la vista de muchos, es impresionante ver como la mayoría de las personas que hacen la travesía por adquirir cualquier producto regulado, lo hacen con un fin lejano al consumo propio y de sus familiares.
La gente los llama “bachaqueros”, sobre todo en Maracaibo, y no precisamente por la capital del municipio Valmore Rodríguez del estado Zulia, sino que unos suponen el apodo a la características propias del animal pariente de la hormiga, el “bachaco”, insecto que vive para recolectar, almacenar, acaparar y distribuir alimentos en manadas y cuya característica principal es un bulto inflado en su trasero como si llevara una carga a cuesta, típica de estas personas cuando carga las bolsas de comida en su espalda.
Es entonces “bachaquero”, una palabra bastante coloquial del diarismo zuliano que rápida y viralmente recorrió todos los extremos de Venezuela; término que está lleno de una carga sentimental que señala, puntualiza y denota una reputación mal vista delante de muchos.
Paciencia es una de sus fortalezas, horas y horas de esperas en las infinitas filas bajo el intenso sol maracaibero, destilando sudor como si fueran una fuente viviente, no los detiene. Muchos de ellos no forman parte del gentilicio de la tierra del sol amado, entre ellos, hay extranjeros y aledaños a otros sectores cercanos a la frontera Colombo-Venezolana que buscan unos fines más egoístas y que tras ellos dejan una estela de basura nada agradable a la vista de los habitantes de esta Maracaibo.
Adquirir los productos vendidos en los supermercados a bajo costo y venderlos en precios elevados, de hasta 20 veces su valor, es su mayor objetivo. Hay quienes sacan mayor provecho, son aquellos que los llevan en cantidad y por contrabando al país vecino Colombia, en cuyas líneas fronterizas pueden observarse decenas de puestos con incontables cantidades de productos hecho en Venezuela. Allí, la venta de estos productos en una moneda más favorecida como “Peso colombiano”, genera grandes ingresos para los bachaqueros y debilita de manera desproporcionada a la economía venezolana.
La problemática se traslada a los centros comerciales

Centro Sur
Por si fuera poco, el desenfreno por adquirir dinero fácil, hace que la aglomeración de estas personas colapsen los accesos a los centros comerciales de la ciudad, donde hay supermercados, entre ellos: Mercasa, Costa Verde, Sambil, La Curva de Molina, Periférico La Limpia, Doral Center, por solo nombrar algunos en Maracaibo.
Esto se ha vuelto la nueva problemática generada por los bachaqueros, en unos centros comerciales que no solo tienen un local alquilado a un supermercado, sino que cada uno tiene cientos de establecimientos donde se venden otros tipos de cosas, desde bisutería, ropa, calzado, prendas, hasta puestos de comida, heladería, accesorios para celulares, tiendas de mascotas, y sin olvidar, las importantes agencias bancarias a las que tanta gente concurre a diario.
Estas colas, en ocasiones se afirman de manera tan permanente, que los propietarios de otros comercios, sufren el temor de abrir su local, cuando sacan leche, harina o pañales, en el supermercado vecino. “Esto debido a que el desenfreno es tal, que el peligro ante un intento de saqueo es inminente”, Así lo aseguran empleados, de una librería y zapatería en el Centro Comercial Costa Verde, quienes también comentan que muchas veces se han vistos obligados a cerrar las puertas por la gran tensión que se genera en la entrada trasera del centro comercial por la llegada de algún producto.
Además del miedo, se añade la imposibilidad de los ciudadanos de acceder a ciertos espacios internos de los centros comerciales. En un comercio de la Curva de Molina, es misión imposible entrar al banco, zapatería, librería y demás locales que en el subsisten aparte del supermercado que a diario se ve atestado de gente.
Esto genera, un retraso en el ciudadano común que desea hacer una transacción bancaria, comer, o comprar algo de su gusto.
“Esto es imposible, vengo desde muy lejos al banco porque necesito hacer un pago, y me consigo con que el paso al centro comercial está prohibido por la gran cantidad de bachaqueros”, expresó, una ciudadana, en La Curva de Molina.
“Yo no sé cómo harán los propietarios de los demás locales, si esa gente solo llega es a comprar leche o harina, eso es mentira que van a comprar en McDonald’s o que vienen a entrar en la zapatería, las pérdidas de estos locales son insostenibles”, agregó.
La gente a viva voz expresa su rechazo ante la situación, y pide a los gerentes de los centros comerciales generen otras políticas que permitan a los ciudadanos entrar de normalmente a los establecimientos.

Mercedes Gómez
Mercedes Gómez precisó que a sus 74 años, ha tenido que verse sometida a hacer colas como si se tratara de una bachaquera. “Aquí estoy, haciendo colas desde hace más de seis horas para comprar, aceite harina y leche para mi casa, y no puedo reclamar nada porque los bachaqueros me quieren sacar de la cola después”, dijo.
“Ya no puedo ni ir tranquilamente a comprar en un centro comercial, mis hijas me dicen: mamá vamos a comer en la feria de comida, pero el solo hecho de ver a los bachaqueros en las puertas de los centros comerciales nos quita las ganas de entrar, me dan un empujón y termino yo en el hospital”, señaló.
Miembros de la línea de taxis Capry, al lado de Costa Verde acusan que a diario tienen confrontaciones con los bachaqueros por los espacios del estacionamiento. “Esto es un estacionamiento privado de la línea de taxis y muchas veces nos vemos en la obligación de estacionar en otros lugares porque en nuestro espacio están estas personas haciendo cola”, precisaron.
“A muchos se les reclama, pero al discutir con uno, todos se alborotan y hasta han intentado rayar la pintura de nuestras unidades (…) aparte viven tocando la puerta del local para que le demos agua gratis”, añadieron.
Frente a esta situación, los ciudadanos esperan por medidas que mejoren el colapso que estas personas generan en cada comercio donde existe un supermercado.

C.C Costa Verde

Centro Sur

Campistas bachaqueros. Centro Sur

Mercasa

Curva de Molina

Curva de Molina

Santa Marías a medias en la Curva

Santa Marías a medias en la Curva

Periférico de La Limpia

Periférico de La Limpia
Manuel García
Fotos: Rafael Bastidas/Xiomara Solano
Noticia al Día