Foto: Kitsson Barrios.
¡Se fue la reina, viva la reina! Sin duda las mejores voces femeninas del gremio gaitero entonaron este miércoles todas las canciones de la sempiterna reina de la gaita Gladys Vera frente a la Basílica de la Chiquinquirá, después de la misa y minutos antes de partir a su última morada.
Las cantantes interpretaron “Mi gentilicio”, “Fuente Divina” y el infaltable “Amor Marginal”, bajo un improvisado toldo, para soportar el calor y los penetrantes rayos del sol que a esa hora del mediodía se hacían más intenso que las ganas de llorar de quienes la decían adiós reina.
A las 10:00 de la mañana empezó la misa, llena de amor y de reconciliación con Dios; fue dirigida por el vicario Eduardo Ortigoza, con la presencia de Eleuterio Cuevas, presbítero de la Basílica. Muchos lloraban como si Gladys Vera fuera parte de su familia, era muy querida para el pueblo zuliano.
A la salida la esperaban sus amigos los gaiteros, palabras de despedida de sus colegas, versos improvisados de poetas y compositores. Voces quebradas por el adiós para siempre. “No te fuiste Gladys, sólo cambiaste de paisaje, allá te espera La China y Papa Dios, junto a Fernando Rincón, Luis Escary, Astolfo Romero y tantos amigos que se han ido”, dijo Moraima Guiérrez, amiga de la familia Vera.
Dos autobuses estaban dispuestos para quienes quisieran acompañar a Vera a su última morada, no dieron abasto, muchos seguidores se quedaron.
La carroza fúnebre hizo su aparición para llevarse el ataúd recorriendo por última vez las calles de Maracaibo. Los Servidores de María llevaban la urna a paso lento hasta el vehículo.
Delante del féretro un camión con enormes cornetas regalaban en el recorrido final el sonido a todo volumen de todas las canciones de Vera. El tráfico se paralizaba, pues se despedía “La Monumental” de la gaita.
A su paso más de uno le decía adiós al cortejo fúnebre, otros aplaudían como si se tratara de una comparsa.
A su llegada al cementerio la velocidad se redujo, ya el centenar de amigos y su familia se encontraban alrededor del pedazo de tierra donde descansará Gladys Vera.
Los Servidores de María sacaron el ataúd, al tiempo que la gente aplaudía con emoción, ellos se encargaron de colocar los restos de la reina de la gaita en disposición para ser enterrado. Fueron muchas las gaitas, las anécdotas, y sobre todo las lágrimas.
“Mija no te dejaré sola en el cielo, yo te voy a acompañar”, dijo Fernando Calzadilla, esposo de Gladys Vera.
La familia se consolaba mutuamente, no era fácil ver descender el féretro que en minutos sería cubierto por tierra y cemento. Los amigos seguían cantando, hombres y mujeres de todas las edades despedían de esta manera a la sempiterna reina de la gaita.
Begoña León
Fotos: Kitsson Barrios
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