
En la gráfica una imagen de Brito y su auto cuando es inspeccionado por detectives al igual que la escena del crimen
Creía que se iba a salir con la suya pero no contaba con que un grupo de experimentaos sabuesos del CICPC le medían sus pisadas. Era la orden que había impartido el infalible comisario Wilmer Ramírez, jefe de homicidios del CICPC-Zulia. Conseguir a si fuera debajo de las piedras al pistolero que el 23 del pasado enero a las seis de la mañana, le quitó la vida a Samuel Antonio Brito Valero, joven prestamista de 23 años.
El muchacho quiso continuar la parranda que inició en su casa, exactamente en la avenida 57 del barrio Campo Santo, frente a la urbanización Cumbres de Maracaibo. A esa hora de la mañana salió con su novia en su auto Volkswagen Gol, negro, hacia la residencia de uno de sus amigos en la urbanización Cuatricentenario. A pocos metros de partir un hombre se le atravesó. Hubo un intercambio de palabras y en ese momento otro sujeto le disparó. Brito perdió el control del auto y se estrelló, en tanto que el homicida huyó.
Al joven mal herido su familia lo llevó al HUM pero llegó sin vida. Desde entonces el CICPC comenzó a hacer pesquisas para dar con el asesino. La orden impartida por el jefe de la delegación zuliana de la policía científica fue tomada fielmente por el comisario Rodríguez; “Cero tolerancia al crimen”.
Los trabajos culminaron con éxito ayer. Los investigadores de homicidios ubicaron al pistolero. Resultó ser un menor de 17 años quien habría actuado dejándose llevar por un acto de venganza. Desde este jueves se encuentra detenido en la División de Homicidios del CICPC.

La imagen es muy elocuente. El comisario Wilmer Rodríguez en una de sus tantas actuaciones policiales impartiendo ordenes a sus hombres

La imagen es muy elocuente. El comisario Wilmer Rodríguez en una de sus tantas actuaciones policiales imparte ordenes a sus hombres
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