Arelis Bracho se lleva las manos en el suéter que su marido le regaló. Es consolada por parientes
Escenas conmovedoras se observaron esta mañana en los dos diferentes actos de velación de las tres víctimas del bestial arrollamiento ocurrido a las 7:40 de la mañana de ayer sábado en la Circunvalación 1 de Maracaibo.
En la casa de Arelis Bracho, el llanto se avivó más cuando la vieron salir de su habitación con la ropa que su marido, José Enrique Villalobos Mendoza (31), uno de los fallecidos en esa tragedia, le había comprado un día antes para que la estrenara precisamente hoy Día de las Madres.
La calle San Sebastián de San José, se colmó de familiares y amigos. Lo despidieron al ritmo de música vallenata y a las once de esta mañana partieron con su féretro hacia el cementerio San Sebastián.
Fue el último adiós que le dieron a este camillero del HUM, quien en sus cortas vacaciones tratando de sobrevivir buscando el sustento para su pareja y tres hijos vendiendo aceite en la C-1, encontró la muerte luego de que el joven conductor borracho de un auto Ford Fiesta, Albino Jesús Contreras Díaz (19), se lo llevara por delante con todo y kiosko.
Esas escenas de dolor se repetían en la capilla Abadía d Las Mercedes. Allí reposaban en sus ataúdes los cuerpos de la educadora de preescolar Bleidys del Carmen de la Cruz García (41) y de su esposo Andrís Antonio Basabe Andrade (42).
Para ellos y José Enrique, la fresca mañana del sábado fue ensombrecida. La pareja de esposo caminaban confiados por la orilla de la autopista hacia Nasa y Villalobos estaba en su kiosko donde vendía aceite. El conductor del Fiesta regateaba con otro auto y de esa manera, les arrebató los sueños y las esperanzas. Bleidys y Andrís murieron en pleno asfalto y José Enrique, llegando al HUM. Fue todo para estas tres almas y mucho sufrimiento para cinco menores: Tres de Villalobos y dos de la pareja. Esta mañana se les observó destrozados. Sabían que sus padres se sacrificaban por ellos y por eso tomaron la calle temprano.
Sus deudos piden una verdadera justicia. Un castigo severo para el conductor, así tengan que modificar las leyes.
Vistiendo el suéter fucsia y el jean que le regaló su esposo José Enrique, Arelis Bracho no detenía su llanto y decía que habían acabado con su vida. “Él era el sustento de la casa, de mis tres pequeños hijos…y ahora qué me voy a hacer. Por qué tuvo que pasar eso. Tanto que se mataba para conseguir dinero para la casa y ese loco del volante lo mató”.
El culpable ante el juez
Esta mañana Albino Cotreras iba a ser llevado por funcionarios de la PNB al tribunal. Se espera que este sea privado de libertad por homicidio calificado a título de dolo y permanezca largo tiempo en prisión.
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